El All-Star Game de la MLS, celebrado anoche en el Q2 Stadium de Austin, Texas, tuvo un gran protagonista… ausente: Lionel Messi. El capitán del Inter Miami y campeón del mundo con Argentina no participó del evento más destacado del verano para la liga estadounidense, generando malestar y especulaciones sobre una posible sanción.

A la baja del astro argentino se sumó la de su compañero Jordi Alba, también ausente sin una explicación oficial previa. La MLS confirmó sus nombres fuera de la lista definitiva recién horas antes del partido, sin ofrecer detalles sobre sus condiciones físicas, lo que provocó sorpresa entre jugadores, organizadores y fanáticos.

El comisionado de la liga, Don Garber, evitó confirmar si habrá castigos, pero admitió que la organización debió actuar con mayor claridad. “Sí, deberíamos haberlo sabido antes. Deberíamos haberlo abordado antes. No hay duda de eso”, expresó en declaraciones a medios estadounidenses.

Garber aseguró que hay conversaciones en curso entre la MLS e Inter Miami para esclarecer por qué ni Messi ni Alba estuvieron disponibles. También señaló el exigente calendario del club, que en poco más de un mes ha disputado nueve encuentros, entre la liga local y el Mundial de Clubes. “La mayoría de los equipos tuvieron un descanso de diez días. Miami no lo tuvo. Tuvimos a Leo jugando 90 minutos en casi todos los partidos que ha disputado”, subrayó.

A pesar de esa justificación, el dirigente fue claro: “Tenemos que gestionar eso como liga, pero al mismo tiempo tenemos reglas y también tenemos que hacerlas cumplir”.

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La ausencia de Messi dejó desilusionados a muchos jugadores del All-Star, quienes esperaban compartir campo con él. Tras el evento, la MLS evaluará si corresponde tomar medidas disciplinarias.

Muchos ya daban por sentenciada la victoria de Tadej Pogacar en el Mont Ventoux, imaginando que el esloveno daría el golpe definitivo al Tour de Francia. Sin embargo, el líder se limitó a mantener su ventaja y apenas en el final del ascenso aceleró para arañar dos segundos más al danés Jonas Vingegaard.

Para algunos, su actitud refleja una autoridad absoluta: no necesita arriesgar cuando todo está bajo control. Pero esa misma pasividad ha abierto espacio a rumores y preguntas.

¿Y si Pogacar no está en plenitud? El campeón del mundo reconoció durante la jornada de descanso que siente algunas molestias en la garganta. Tras la etapa, apareció en el podio con un pañuelo al cuello, lo que avivó las sospechas sobre un posible malestar físico.

Pogacar ha minimizado el asunto y asegura que se siente fuerte. Respondió sin aparente dificultad a los tres ataques que lanzó Vingegaard en el ascenso al “Gigante de Provenza”, aunque no pasó a la ofensiva. «Pude responder a los ataques de Jonas sin demasiado esfuerzo, estoy muy tranquilo», declaró.

Contrario a lo que había anticipado días atrás, no peleó por la victoria en la etapa. Permitió que la fuga se escapara y, aun cuando parecía tenerla al alcance, no intentó cazarla. Así dejó pasar la oportunidad de conquistar su quinta etapa en este Tour y de grabar su nombre en una cima histórica, meta en apenas once ocasiones.

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Este comportamiento dista de su habitual hambre competitiva y ha encendido el debate: ¿está Pogacar en su mejor momento o el esfuerzo acumulado en las primeras dos semanas del Tour —donde ha sacado 4:15 minutos a Vingegaard— empieza a pasarle factura?

Tampoco ayuda que su equipo no haya podido acompañarlo en el tramo final de la subida. Pogacar terminó solo, mientras sus compañeros cedían ante el exigente ritmo impuesto por el Visma del danés. El último tramo dejó más preguntas que respuestas. Y en un Tour que parecía decidido, el suspense vuelve a colarse por la rendija.

El guardameta costarricense Keylor Navas aterrizó este martes en Ciudad de México para someterse a los exámenes médicos previos a su incorporación oficial con los Pumas de la UNAM, equipo con el que disputará el resto del torneo Apertura 2025.

Considerado el mejor portero en la historia de la Concacaf, Navas llega con una trayectoria de élite en el fútbol europeo, donde brilló en clubes como el Real Madrid —con el que conquistó tres Ligas de Campeones de Europa—, además de ser el líder de la histórica selección costarricense que alcanzó los cuartos de final en el Mundial de Brasil 2014.

Su fichaje busca ser un revulsivo para un equipo universitario que atraviesa un mal inicio de torneo: ocupa el último lugar de la tabla y tiene la peor defensa, con seis goles encajados en apenas dos partidos.

Vestidos con camisetas de los Pumas, varios aficionados se acercaron al aeropuerto para recibir al arquero de 38 años, quien mantiene su agilidad, reflejos y motivación intactos, con la mira puesta en seguir como titular en la selección tica de cara al Mundial de 2026, que se jugará en Estados Unidos, México y Canadá.

Navas llega procedente del Newell’s Old Boys de Argentina y se espera que, tras superar las pruebas médicas, se incorpore a los entrenamientos del equipo. Su debut podría darse tan pronto como el próximo viernes, en el duelo ante Querétaro, penúltimo de la tabla y también urgido de puntos.

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La llegada de Navas se suma a una ola de fichajes estelares en la Liga MX este año. Figuras como Sergio Ramos, campeón del mundo con España y ahora defensor de Rayados de Monterrey, Ángel Correa (Tigres), James Rodríguez (León) y Aaron Ramsey —quien será compañero de Navas en los Pumas—, han elevado el perfil internacional del campeonato mexicano.