El Salvador ha dado un paso importante en la lucha contra el contrabando y el fraude aduanero. Este día, el director general de Aduanas, Benjamín Mayorga, firmó un acuerdo de cooperación con la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF), que permitirá fortalecer las capacidades nacionales en la detección y combate de actividades ilícitas en las fronteras.

El convenio establece mecanismos de colaboración para prevenir delitos como el tráfico ilegal de cigarrillos, mercancías falsificadas, manipulación en la valoración de productos, así como el tráfico de residuos y sustancias peligrosas.

“Junto a nuestros socios de cooperación estamos reforzando la colaboración y el acceso a mejores prácticas para combatir de manera más efectiva el comercio ilícito y otras formas de fraude que perjudican a nuestra economía y sociedad”, expresó el ministro de Hacienda, Jerson Posada.

El acuerdo permitirá el intercambio de información estratégica, apoyo técnico en investigaciones, inspecciones conjuntas, y acceso a datos sobre organizaciones dedicadas a actividades ilícitas y sus métodos de operación.

“El Salvador reafirma su firme compromiso de combatir de manera frontal el contrabando”, destacó el director de Aduanas, Benjamín Mayorga.

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Por su parte, el director de operaciones de OLAF, Ernesto Bianchi, celebró este vínculo, señalando que el intercambio de información es clave para la lucha regional contra el tráfico ilícito. Durante su visita, los representantes de OLAF recorrieron el Puerto de Acajutla para conocer las operaciones locales y coordinar acciones con las autoridades nacionales.

Autoridades hondureñas decomisaron un arsenal compuesto por un lanzacohetes RPG-7, fusiles AK-47, un fusil lanzagranadas, una pistola 9 mm, chalecos antibalas, cámaras de vigilancia y otros equipos electrónicos en la Penitenciaría Nacional en Támara, ubicada a unos 20 km al norte de Tegucigalpa.

El arsenal estaba escondido en una cocina del pabellón ocupado por miembros de pandillas, informó el director del Instituto Penitenciario, coronel Ramiro Muñoz, quien cuestionó: «¿Contra quién iban a pelear?».

El hallazgo se produjo después del traslado de más de 160 reclusos de las pandillas Barrio 18 y Mara Salvatrucha a cárceles de máxima seguridad la semana pasada. Además de armas, las autoridades incautaron municiones, gorros pasamontañas, dinero en efectivo, drogas, 5 cámaras de seguridad y 40 enrutadores de internet.

Las cárceles hondureñas han sido calificadas por las autoridades como «bombas de tiempo» debido al hacinamiento y su uso como centros de operaciones del crimen organizado y pandillas.

Más de 1,000 agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) de Guatemala se enfrentaron el martes con reclusos del Barrio 18 en el sector 11 del Centro de Detención Preventiva para Hombres de la Zona 18, tras un intento de bloqueo durante una requisa. Los internos lanzaron piedras para impedir el acceso policial, por lo que los agentes respondieron con gas lacrimógeno para controlar la situación.

El enfrentamiento dejó al menos tres heridos, quienes fueron trasladados a los hospitales Roosevelt y San Juan de Dios. La PNC descubrió construcciones ilegales de hasta dos pisos dentro de la cárcel, y algunos presos se lanzaron desde estas alturas para frenar el avance policial.

El director general de la PNC, David Custodio Boteo, señaló que en ese sector hay alrededor de 600 pandilleros del Barrio 18 de diferentes clicas y afirmó: “No venimos a dialogar con delincuentes, venimos a poner orden”.

Durante la requisa, las autoridades encontraron armas, dispositivos electrónicos, electrodomésticos, e incluso una piscina dentro del penal. Se incautaron dos pistolas —una reportada como robada en Santa Rosa en 2024—, 29 televisores, bocinas, consolas de videojuegos, equipos de sonido, celulares, además de objetos prohibidos como cuchillos, tijeras y martillos.

También fueron desmantelados cables de internet clandestinos, trampolines elásticos y otros accesorios de lujo, que evidencian la vida irregular que mantenían algunos internos.

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